Situaciones de Maltrato: los Tipos más Frecuentes en la Interacción Personal

(Adaptado de: Interacción Personal y Relaciones Humanas, Teoría y Praxis, Pauchard-Hafemann, H.)

 

El efecto se constituye en un elemento básico del fenómeno interacción binaria, tanto el pretendido por el sujeto, como el provocado en el otro (vivenciado por el otro). Es por esta causa que el procedimiento que se emplee para lograr el determinado efecto no es en este sentido lo más importante. Aparte de ello, el procedimiento que se use es básicamente una función de la situación en que se encuentra el sujeto y también de la situación en que está el otro.

Así, en ciertas circunstancias hay procedimientos que no es posible llevarlos a la práctica y requieren ser reemplazados por otros que cumplan un cometido similar. Por otra parte, el mismo procedimiento sirve para provocar efectos distintos y ello depende del contexto, es decir, de la situación del momento. El tan conocido hecho de la sonrisa nos lo muestra claramente. En efecto, si me sonrío al encontrarme con un conocido, estoy desarrollando una interacción positiva. En cambio, si me sonrío cuando el otro se cae, o hace un paso en falso en situaciones sociales, puede ser una interacción negativa o, por lo menos, el otro lo tomará como tal. Es decir, hay una INF. En consecuencia, es necesario considerar los procedimientos en las interacciones binarias desde el punto de vista de los efectos o de su relación con ellos

Es así, fundamental el tener claridad respecto de las situaciones de maltrato. Porque nos permitirá captar mejor en los hechos la dimensión que estos tienen en cuanto a sus efectos inmediatos y sus consecuencias posteriores.

El conocimiento de lo que son las situaciones de maltrato es importante además porque nos permite comprender la dimensión que estos tienen en el síndrome de emergencia y la tensión (S. G. A.) y sus secuelas de enfermedad orgánica y mental. Además, ellas constituyen lo fundamental en la problemática de relaciones humanas tanto interpersonal como social. Lo que examinamos en el acápite respectivo. El efecto de las situaciones, en este caso el maltrato, se logra creando o configurando situaciones más que utilizando estímulos. Por lo demás, cualquier estímulo es simplemente un configurar una situación externa en relación directa con una situación interna u orgánica. Por esta razón hay efectos aún en situaciones en que el actor no acciona, es decir, no despliega actividad alguna.

El maltrato es una expresión de la biokinesis, toda vez que ocurre en la medida en que la persona no pudo evitar lo malo o lograr lo bueno. Es así como todas las situaciones de maltrato radican en que movimientos y desplazamientos adecuados para evitar el maltrato no se llevaron a cabo porque:

1) el sujeto no dispuso de los recursos para accionar adecuadamente.

2) el sujeto no dispuso de la información correspondiente con la debida antelación a los hechos de que se trate o, lo que es lo mismo, su proceso cognitivo no contó con las representaciones que le hubieran permitido captar adecuadamente la realidad en el momento oportuno.

Existen dos variedades básicas:

1) las que implican la imposibilidad de alejarse o destruir lo que es malo o lesivo para el individuo, y

2) las que interfieren o bloquean al individuo para acercarse a lo que es bueno, o conservarlo.

A las primeras las denominamos situaciones de maltrato directo, y a las segundas, situaciones de interferencia de logros.

Todo esto sin olvidar que debido a las características del proceso cognitivo humano normalmente reaccionamos no sólo ante hechos concretos sino que también lo hacemos en forma idéntica o similar frente a los símbolos de los primeros (de allí la importancia de la comunicación en nuestra especie).

Para ahondar sobre ellas es conveniente examinarlas en base a una tipificación. De todas formas debe tenerse presente que los distintos tipos de maltratos pueden superponerse o ser simultáneos como producto de determinadas situaciones.

 

CLASIFICACIÓN DE LOS MALTRATOS

I. Situaciones de maltrato físico.

1. Daño orgánico con dolor orgánico.

Son el resultado de una acción física directa sobre el organismo: golpes a mano desnuda o con objetos contundentes, cortes de navaja, heridas por armas de fuego, etc.

2. Se provoca dolor orgánico sin daño orgánico aparente.

Son el resultado de procedimientos que afectan directamente las terminaciones nerviosas: aplicación de corriente de bajo voltaje en los genitales, aplicación de luz intensa sobre ojos acostumbrados a la oscuridad, etc.

3. Daño orgánico con intención de muerte.

Se diferencia de daño orgánico con dolor orgánico, en que no se busca éste sino que simplemente, la muerte de la persona: utilización de armas, venenos y tóxicos, suprimir la respiración de la persona (ahorcamiento, inmersión), etc.

4. Impedimento o alteración de funciones fisiológicas en forma normal.

Se acciona interrumpiendo o alterando las funciones fisiológicas: no satisfacer el hambre o la sed, impedir el sueño o los movimientos (cepos, ataduras, celdas estrechísimas), esfuerzos continuados sin descansos, hacer ingerir purgantes sin fines medicinales, abstinencia sexual, etc.

Es bien sabido que todos estos tipos constituyen un arsenal al cual recurren de preferencia los miembros de los organismos de seguridad.

 

II. Situaciones de maltrato moral.

Este tipo de maltrato no afecta directamente el organismo (o lo hace en forma secundaria). Su resultado es sufrimiento moral. El proceso cognitivo es inherente a este tipo de daños en la medida en que requiere una cierta elaboración cognitiva de los hechos de que se trate. Este hecho lo toma muy en cuenta el actor responsable del respectivo maltrato puesto que el perjudicado no sufre si no tiene conciencia del daño recibido, lo cual trataremos con mayor detalle al analizar las interacciones personales.

 

l. El sujeto es afectado directamente en su persona.

En este tipo se interviene en actividades o condiciones que son consubstanciales al ser humano provocando el consiguiente sufrimiento moral. La acción lesiva se desarrolla sobre la persona misma del sujeto.

a) Pérdida de la posibilidad de desplazamiento.

La mayor o menor conciencia del derecho a desplazarse es condición básica en este maltrato (confinamiento en prisiones y otros lugares, esclavitud, impedir traspasar la frontera o viajar, destierro, etc.).

b) Impedimento de acciones de información.

Se afecta la curiosidad natural del ser humano y la consiguiente búsqueda de información y conocimiento en general, lo que se liga íntimamente a la expresión de las propias ideas que permiten saber de las reacciones de los otros al respecto y el natural intento de influir en la opinión de los demás (se interfiere el conocimiento directo, la expresión verbal o la información escrita, etc.).

 

2. El sujeto es afectado a través de sus pertenencias o haberes.

Se trata aquí de pérdida o destrucción parcial de las pertenencias o elementos tangibles o intangibles de propiedad de la persona, con el subsecuente sufrimiento relacionado a la consubstancial tendencia a atesorar del ser humano.

a) Pérdidas o daños materiales.

Ejemplos de ellos son los robos, despojos, incendio de propiedades, etc.

b) Pérdida o daño de intangibles.

Hay haberes que son difíciles de describir objetivamente, tales como lo son determinados derechos (del empleo, de la pertenencia a grupos, los derechos de ciudadano, etc.).

c) Destrucción o daño de realizaciones.

Las distintas realizaciones que los seres humanos podemos desarrollar sufren eventualmente una acción negativa (obras de arte, libros y realizaciones intelectuales varias, obras de líderes políticos, etc.).

 

3. Deterioro o pérdida en las relaciones sociales.

Al ser humano le es indispensable la seguridad por respaldo social (Vida social). Por lo mismo, cualquier hecho que afecta directamente o ponga en peligro nuestra relación con otros, es un daño que puede adquirir características de catástrofe.

a) Pérdida o deterioro de la relación con personas: afecta las relaciones cercanas (relaciones afectivas) en distintos grados que van desde el enfriamiento de la relación hasta la ruptura o pérdida de ella, tanto por la acción directa de los implicados como por la acción de terceros (situaciones de pareja, amistad, relaciones familiares, relaciones con algún grado de confianza, etc.).

b) Pérdida de grupos.

La pérdida de pertenencia a grupos afecta notoriamente a los seres humanos y eventualmente se presenta como un relativo aislamiento o distanciamiento, generalmente sumamente penoso (intrigas con este resultado, ostracismo, prohibición de pertenencia por agentes externos, etc.).

c) Deterioro del valor social personal.

Hemos examinado como todo ser humano en contacto con otros humanos tanto en las relaciones interpersonales como en su pertenencia a grupos (como miembro de cualquier sociedad) tiene sin más deberes y derechos. Pero, usufructuar de estos derechos y cumplir con los deberes está condicionado directamente por el valor social personal que le haya sido asignado a la persona en la situación social respectiva. Distintas acciones pueden afectar el valor social personal de cada cual con todo lo que significa en cuanto a seguridad por respaldo social, garantías de sus derechos y dimensión del cumplimiento de deberes y en general del trato que reciba en los distintos ambientes, sean ellos su evaluación social personal, su status o su prestigio.

Afectan negativamente el valor social personal las críticas mal intencionadas, la variadas descalificaciones, las burlas, la ironía, distintos procedimientos para poner en duda los méritos de la persona, el negar acceso a determinados ambientes, provocar sentimientos de incapacidad o debilidad -niños, mujeres, etc.-, fracasos sentimentales, pérdidas económicas importantes -debido al valor del dinero y el consiguiente status que conlleva-, impedir el acceso a determinadas profesiones, etc. Es así que en ninguna sociedad los individuos de los niveles sociales inferiores toleran bien su condición, con las consiguientes reacciones negativas que examinaremos más adelante. Este tipo de maltrato es posiblemente uno de los de mayor efecto negativo en las personas debido a la significación que tiene el valor social personal para el individuo mismo y para el entorno social.

 

4. El sujeto es afectado a través del quiebre de sus expectativas.

Los seres humanos estamos desarrollando continuamente representaciones en torno a hechos y situaciones, que tienen una dimensión en el tiempo: sabemos o creemos saber que es lo que deviene en el futuro. Estos supuestos nos llevan a desarrollar expectativas. Cuando estas son positivas se habla de abrigar esperanzas. Si sucede que estas expectativas positivas no se cumplan tenemos un quiebre de expectativas que resulta muy perturbador y eventualmente muy doloroso. Reacciones muy conocidas al respecto son, entre otras, los ataques de cólera y sus variantes examinadas anteriormente en el Síndrome de Emergencia.

a) Quiebre de expectativas consideradas normales.

En la vida social accionamos continuamente en base a expectativas porque roles, instituciones o costumbres, normas y otros nos indican que los demás actuarán de cierta forma y el que no cumplan con lo que de ellos se espera lleva a quiebre de expectativas. Ejemplos destacados son el no cumplimiento de los distintos roles, no aplicación de normas o aplicación discriminatoria -injusticias y falta de equidad-, acciones arbitrarias, no cumplir obligaciones en cuanto amistades o relación de pareja, obligaciones familiares, obligación por pertenencia a grupos, deslealtad y traición, etc.

b) Se quiebran expectativas en torno a esfuerzos del sujeto.

Específicamente este maltrato puede ser distinto del anterior en la medida en que el sujeto desarrolle falsas expectativas o expectativas irreales que no encuentran las respuestas esperadas al terminar su obra.

c) Fracaso de expectativas sugeridas por terceros.

La información que recibimos nos lleva a forjar expectativas, hecho utilizado corrientemente en la vida social y generalmente confines non sanctos. Ejemplos corrientes en la vida de relación son las promesas no cumplidas (mentiras y engaños, estafas, etc.) y que en ocasiones son producto de fuerza mayor.

 

5. El sujeto es afectado a través de personas relacionadas.

Los seres humanos nos caracterizamos por sufrir o gozar a través del sufrimiento o goce de personas con las cuales tenemos lo que se describe como cercanía afectiva.

Nos afecta entonces el maltrato a que son sometidos personas de nuestra familia, amigos, pareja, etc. Bien conocidos son en nuestro país el sufrimiento de los familiares de los detenidos desaparecidos.

Evidentemente, en este tipo de maltrato se integran todos los otros que aquí describimos y que afectan a las personas que tienen relación con cada uno de nosotros.

 

6. El sujeto es afectado a través del maltrato que reciben grupos de pertenencia.

En forma similar al fenómeno anterior estamos ligados a los grupos de pertenencia y nos afecta directamente lo que a ellos les ocurra, hecho que constatamos continuamente a través de la suerte que corren los equipos en los partidos de fútbol. Nos afectan en consecuencia los perjuicios recibidos por la familia, el país, el club de pertenencia, el partido político respectivo, gente de las mismas ideas, etc.

 

7. El sujeto es afectado negativamente por un maltrato exclusivo a nivel de expectativas.

Este corresponde al maltrato por expectativas negativas. Es decir, por la convicción de que sucederá algo negativo en un futuro más o menos cercano.

a) Certeza o casi certeza de maltrato futuro.

En este caso las personas viven la situación por adelantado debido a la seguridad que tiene de que ello ocurrirá indefectiblemente. Los suicidios de financistas cuando ocurren trastornos en la Bolsa son un ejemplo de ello. Lo mismo de detenidos políticos que escapan así de las torturas a que van a ser sometidos.

b) Dudas respecto a maltrato futuro.

En este caso no hay seguridad respecto de maltratos específicos. El sujeto conjetura respecto a lo que puede ocurrir.